Blog de lengua para los alumnos de 1ºESO B y C, 2ºESO B y 1ºBachillerato Ciencias y tecnología

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jueves, 17 de noviembre de 2016

El espejo enterrado de Carlos Fuentes. Introducción

EL 12 de octubre de 1492, Cristóbal Colón desembarcó en una pequeña isla del hemisferio occidental. La hazaña del navegante fue un triunfo de la hipótesis sobre los hechos: la evidencia indicaba que la Tierra era plana; la hipótesis, que era redonda. Colón apostó a la hipótesis: puesto que la Tierra es redonda, se puede llegar al Oriente navegando hacia el Occidente. Pero se equivocó en su geografía. Creyó que había llegado a Asia. Su deseo era alcanzar las fabulosas tierras de Cipango (Japón) y Catay (China), reduciendo la ruta europea alrededor de la costa de África, hasta el extremo sur del Cabo de Buena Esperanza y luego hacia el este hasta el Océano Índico y las islas de las especias.
No fue la primera ni la última desorientación occidental. En estas islas, que él llamó “las Indias”, Colón estableció las primeras poblaciones europeas en el Nuevo Mundo. Construyó las primeras iglesias; ahí se celebraron las primeras misas cristianas. Pero el navegante encontró un espacio donde la inmensa riqueza asiática con que había soñado estaba ausente. Colón tuvo que inventar el descubrimiento de grandes riquezas en bosques, perlas y oro, y enviar esta información a España. De otra manera, su protectora, la reina Isabel, podría haber pensado que su inversión (y su fe) en este marinero genovés de imaginación febril había sido un error.
Pero Colón, más que oro, le ofreció a Europa una visión de la Edad de Oro restaurada: éstas eran las tierras de Utopía, el tiempo feliz del hombre natural. Colón había descubierto el paraíso terrenal y el buen salvaje que lo habitaba. ¿Por qué, entonces, se vio obligado a negar inmediatamente su propio descubrimiento, a atacar a los hombres a los cuales acababa de describir como “muy mansos y sin saber que sea mal ni matar a otros ni prender, y sin armas”, darles caza, esclavizarles y aun enviarlos a España encadenados?
Al principio Colón dio un paso atrás hacia la Edad Dorada. Pero muy pronto, a través de sus propios actos, el paraíso terrenal fue destruido y los buenos salvajes de la víspera fueron vistos como “buenos para les mandar y les hazer trabajar y sembrar y hazer todo lo otro que fuera menester”.
Desde entonces, el continente americano ha vivido entre el sueño y la realidad, ha vivido el divorcio entre la buena sociedad que deseamos y la sociedad imperfecta en la que realmente vivimos. Hemos persistido en la esperanza utópica porque fuimos fundados por la utopía, porque la memoria de la sociedad feliz está en el origen mismo de América, y también al final del camino, como meta y realización de nuestras esperanzas.
Quinientos años después de Colón, se nos pidió celebrar el quinto centenario de su viaje, sin duda uno de los grandes acontecimientos de la historia humana, un hecho que en sí mismo anunció el advenimiento de la Edad Moderna y la unidad geográfica del planeta. Pero muchos de nosotros, en las comunidades hispanohablantes de las Américas, nos preguntamos: ¿tenemos realmente algo que celebrar?
Un vistazo a lo que ocurre en las repúblicas latinoamericanas al finalizar el siglo XX nos llevaría a responder negativamente. En Caracas o en la Ciudad de México, en Lima o en Río de Janeiro, el quinto centenario del “descubrimiento de América” nos sorprendió en un estado de profunda crisis. Inflación, desempleo, la carga excesiva de la deuda externa. Pobreza e ignorancia crecientes; abrupto descenso del poder adquisitivo y de los niveles de vida. Un sentimiento de frustración, de ilusiones perdidas y esperanzas quebrantadas. Frágiles democracias, amenazadas por la explosión social.
Yo creo, sin embargo, que a pesar de todos nuestros males económicos y políticos, sí tenemos algo que celebrar. La actual crisis que recorre a Latinoamérica ha demostrado la fragilidad de nuestros sistemas políticos y económicos. La mayor parte ha caído estrepitosamente. Pero la crisis también reveló algo que permaneció en pie, algo de lo que no habíamos estado totalmente conscientes durante las décadas precedentes del auge económico y el fervor político. Algo que en medio de todas nuestras desgracias permaneció en pie: nuestra herencia cultural. Lo que hemos creado con la mayor alegría, la mayor gravedad y el riesgo mayor. La cultura que hemos sido capaces de crear durante los pasados quinientos años, como descendientes de indios, negros y europeos, en el Nuevo Mundo.
La crisis que nos empobreció también puso en nuestras manos la riqueza de la cultura, y nos obligó a darnos cuenta de que no existe un solo latinoamericano, desde el Río Bravo hasta el Cabo de Hornos, que no sea heredero legítimo de todos y cada uno de los aspectos de nuestra tradición cultural. Es esto lo que deseo explorar en este libro. Esa tradición que se extiende de las piedras de Chichén Itzá y Machu Picchu a las modernas influencias indígenas en la pintura y la arquitectura. Del barroco de la era colonial a la literatura contemporánea de Jorge Luis Borges y Gabriel García Márquez. Y de la múltiple presencia europea en el hemisferio —ibérica, y a través de Iberia, mediterránea, romana, griega y también árabe y judía— a la singular y sufriente presencia negra africana. De las cuevas de Altamira a los grafitos de Los Ángeles. Y de los primerísimos inmigrantes a través del estrecho de Bering, al más reciente trabajador indocumentado que anoche cruzó la frontera entre México y los Estados Unidos.
Pocas culturas del mundo poseen una riqueza y continuidad comparables. En ella, nosotros, los hispanoamericanos, podemos identificarnos e identificar a nuestros hermanos y hermanas en este continente. Por ello resulta tan dramática nuestra incapacidad para establecer una identidad política y económica comparable. Sospecho que esto ha sido así porque, con demasiada frecuencia, hemos buscado o impuesto modelos de desarrollo sin mucha relación con nuestra realidad cultural. Pero es por ello, también, que el redescubrimiento de los valores culturales pueda darnos, quizás, con esfuerzo y un poco de suerte, la visión necesaria de las coincidencias entre la cultura, la economía y la política. Acaso ésta es nuestra misión en el siglo XXI.
Éste es un libro dedicado, en consecuencia, a la búsqueda de la continuidad cultural que pueda informar y trascender la desunión económica y la fragmentación política del mundo hispánico. El tema es tan complejo como polémico, y trataré de ser ecuánime en su discusión. Pero también seré apasionado, porque el tema me concierne íntimamente como hombre, como escritor y como ciudadano, de México, en la América Latina, y escribiendo la lengua castellana.
Buscando una luz que me guiase a través de la noche dividida del alma cultural, política y económica del mundo de habla española, la encontré en el sitio de las antiguas ruinas totonacas de El Tajín, en Veracruz, México. Veracruz es el estado natal de mi familia. Ha sido el puerto de ingreso para el cambio, y al mismo tiempo el hogar perdurable de la identidad mexicana. Los conquistadores españoles, franceses y norteamericanos han entrado a México a través de Veracruz. Pero las más antiguas culturas, los olmecas al sur del puerto, desde hace 3,500 años, y los totonacas al norte, con una antigüedad de 1,500 años, también tienen sus raíces aquí.
En las tumbas de sus sitios religiosos se han encontrado espejos enterrados cuyo propósito, ostensiblemente, era guiar a los muertos en su viaje al inframundo. Cóncavos, opacos, pulidos, contienen la centella de luz nacida en medio de la oscuridad. Pero el espejo enterrado no es sólo parte de la imaginación indígena americana. El poeta mexicano-catalán Ramón Xirau ha titulado uno de sus libros L'Espil Soterrat—El espejo enterrado—, recuperando una antigua tradición mediterránea no demasiado lejana de la de los más antiguos pobladores indígenas de las Américas. Un espejo: un espejo que mira de las Américas al Mediterráneo, y del Mediterráneo a las Américas. Éste es el sentido y el ritmo mismo de este libro.
En esta orilla, los espejos de pirita negra encontrados en la pirámide de El Tajín en Veracruz, un asombroso sitio cuyo nombre significa “relámpago”. En la Pirámide de los Nichos, que se levanta a una altura de 25 metros sobre una base de 1,225 metros cuadrados, 365 ventanas se abren hacia el mundo, simbolizando, desde luego, los días del año solar. Creado en la piedra, El Tajín es un espejo del tiempo. En la otra orilla, el Caballero de los Espejos creado por Miguel de Cervantes, le da batalla a Don Quijote, tratando de curarlo de su locura. El viejo hidalgo tiene un espejo en su mente, y en él se refleja todo lo que Don Quijote ha leído y que, pobre loco, considera fiel reflejo de la verdad.
No muy lejos, en el Museo del Prado en Madrid, el pintor Velázquez se pinta pintando lo que realmente está pintando, como si hubiese creado un espejo. Pero en el fondo mismo de su tela, otro espejo refleja a los verdaderos testigos de la obra de arte: tú y yo.
Acaso el espejo de Velázquez también refleje, en la orilla española, el espejo humeante del dios azteca de la noche, Tezcatlipoca, en el momento en que visita a la serpiente emplumada, Quetzalcóatl, el dios de la paz y de la creación, ofreciéndole el regalo de un espejo. Al verse reflejado, el dios bueno se identifica con la humanidad y cae aterrado: el espejo le ha arrebatado su divinidad.
¿Encontrará Quetzalcóatl su verdadera naturaleza, tanto humana como divina, en la casa de los espejos, el templo circular del viento en la pirámide tolteca de Teotihuacan, o en el cruel espejo social de Los caprichos de Goya, donde la vanidad es ridiculizada y la sociedad no puede engañarse a sí misma cuando se mira en el espejo de la verdad?: ¿Creías que eras un galán? Mira, en realidad eres un mico.
Los espejos simbolizan la realidad, el Sol, la Tierra y sus cuatro direcciones, la superficie y la hondura terrenales, y todos los hombres y mujeres que la habitamos. Enterrados en escondrijos a lo largo de las Américas, los espejos cuelgan ahora de los cuerpos de los más humildes celebrantes en el altiplano peruano o en los carnavales indios de México, donde el pueblo baila vestido con tijeras o reflejando el mundo en los fragmentos de vidrio de sus tocados. El espejo salva una identidad más preciosa que el oro que los indígenas le dieron, en canje, a los europeos.
¿Acaso no tenían razón? ¿No es el espejo tanto un reflejo de la realidad como un proyecto de la imaginación?

jueves, 29 de enero de 2015

Las Moscas. Antonio Machado

LAS MOSCAS

Vosotras, las familiares,
inevitables golosas,
vosotras, moscas vulgares,
me evocáis todas las cosas.

¡Oh, viejas moscas voraces
como abejas en abril,
viejas moscas pertinaces
sobre mi calva infantil!

¡Moscas del primer hastío
en el salón familiar,
las claras tardes de estío
en que yo empecé a soñar!

Y en la aborrecida escuela,
raudas moscas divertidas,
perseguidas
por amor de lo que vuela,

—que todo es volar—, sonoras
rebotando en los cristales
en los días otoñales...
Moscas de todas las horas,

de infancia y adolescencia,
de mi juventud dorada;
de esta segunda inocencia,
que da en no creer en nada,

de siempre... Moscas vulgares,
que de puro familiares
no tendréis digno cantor:
yo sé que os habéis posado

sobre el juguete encantado,
sobre el librote cerrado,
sobre la carta de amor,
sobre los párpados yertos
de los muertos.

Inevitables golosas,
que ni labráis como abejas,
ni brilláis cual mariposas;
pequeñitas, revoltosas,
vosotras, amigas viejas,

me evocáis todas las cosas.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Enlace a la Biblioteca Cervantes Virtual, NOVELAS EJEMPLARES

pincha aquí para ir a las Novelas ejemplares

Por cierto, Las novelas que hay que leer de forma obligatoria son
  • "La española inglesa"
  • "La señora Cornelia"
  • "La fuerza de la sangre"
  • "La ilustre fregona"
  • "El licenciado vidriera" y
  • "El celoso extremeño"
¡Ojo! en las obras de los Siglos de Oro la lectura del prólogo, los permisos y dedicatorias aporta un montón de información interesante sobre el autor, el trabajo de escritor, el de impresor, la relación de los escritores con el poder,... en fin, un cuanto hay de cosas que luego en un comentario lucen. Vaya si lucen.

jueves, 9 de octubre de 2014

Textos para comentar: Soneto XXIII, Garcilaso

En tanto que de rosa y de azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.

Métrica: principales estrofas y poemas estróficos en lengua castellana

De dos versos

Pareado: Versos de arte mayor, que riman uno con otro. Ejemplo: 11A 11A

¡Cuántas veces resulta de un engaño
contra el engañador el mayor daño!

(Samaniego: "El zagal y las ovejas")


De tres versos

Terceto: tres versos de arte mayor que riman dos y uno queda suelto.
Ejemplo: 11A 11- 11A

Mas ya parece que mi pluma sale
del término de epístola, escribiendo
a ti, que eres de mí lo que más vale

(Francisco de Aldana: Carta para Arias Montano)

De cuatro versos

Cuarteto: versos de arte mayor que riman el 1º con el 4º, y el 2º con el 3º.
Ejemplo: 14A 14B 14B 14A

Yo persigo una forma que no encuentra mi estilo,
botón de pensamiento que busca ser la rosa;
se anuncia con un beso que en mis labios se posa
al abrazo imposible de la Venus de Milo.

(Rubén Darío: Yo persigo una forma)

Redondilla: versos de arte menor que riman el 1º con el 4º, y el 2º con el 3º.
Ejemplo: 8a 8b 8b 8a

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.

(Sor Juana Inés de la Cruz: "Arguye de inconsecuentes el gusto y la censura de
los hombres, que en las mujeres acusan lo que causan")

Serventesio: versos de arte mayor que riman el 1º con el 3º, y el 2º con el 4º.
Ejemplo: 11A 11B 11A 11B

Libre la frente que el casco rehúsa,
casi desnuda en la gloria del día,
alza su tirso de rosas la Musa
bajo el gran sol de la eterna armonía.

(Rubén Darío: Pórtico)

Cuarteta: versos de arte menor que riman el 1º con el 3º, y el 2º con el 4º.
Ejemplo: 8a 8b 8a 8b

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
(Antonio Machado: Recuerdo infantil)

Cuaderna vía: versos alejandrinos. 14A 14A 14A 14A

Quiero fer una prosa en román paladino,
en el cual suele el pueblo fablar a su vecino;
ca non so tan letrado por fer otro ladino;
bien valdrá, como creo, un vaso de bon vino.

(Gonzalo de Berceo: Milagros de Nuestra Señora)

Copla: versos generalmente octosílabos. 8- 8a 8- 8a

En el balcón un instante
nos quedamos los dos solos.
Desde la dulce mañana
de aquel día, éramos novios.

(Juan Ramón Jiménez: "Adolescencia")

Estrofas de cinco versos

Quinteto: versos de arte mayor. Pueden rimar a gusto del poeta, con tal que no
rimen tres versos seguidos ni termine en pareado.

Sólo la edad me explica con certeza
por qué un alma constante, cual la mía,
escuchando una idéntica armonía,
de lo mismo que hoy saca tristeza
sacaba en otro tiempo la alegría.

(Ramón de Campoamor)

Quintilla: como el quinteto, pero de arte menor.

Hubo una selva y un nido (8a)
y en ese nido un jilguero (8b)
que alegre y estremecido, (8a)
tras de un ensueño querido (8a)
cruzó por el mundo entero. (8b)

(Manuel Acuña)

Lira: versos heptasílabos y endecasílabos. 7a 11B 7a 7b 11B

Buscando mis amores
iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.

(San Juan de la Cruz: Cántico espiritual)

Estrofas de seis versos

Copla de pie quebrado:  8a 8b 4c 8a 8b 4c

Recuerde el alma dormida
avive el seso y despierte
contemplando
como se pasa la vida
como se viene la muerte,
tan callando;

(Jorge Manrique, Coplas a la muerte de su pare)

Estrofas de ocho versos

Octava real: versos endecasílabos. 11A 11B 11A 11B 11A 11B 11C 11C

No quedó sin llorar pájaro en nido,
pez en el agua, ni en el monte fiera,
flor que a su pie debiese haber nacido
cuando fue de los prados primavera;
lloró cuanto es amor, hasta el olvido
a amar volvió, porque llorar pudiera,
y es la locura de mi amor tan fuerte
que pienso que lloró también la muerte.

(Lope de Vega: "Amarilis")

De diez versos

Décima o espinela: versos octosílabos. 8a 8b 8b 8a 8a 8c 8c 8d 8d 8c

Admiróse un portugués
de ver que en su tierna infancia
todos los niños de Francia
supiesen hablar francés.
“Arte diabólica es”,
dijo, torciendo el mostacho,
“que para hablar en gabacho
un hidalgo en Portugal
llega a viejo, y lo habla mal,
y aquí lo parla un muchacho”.

(Nicolás Fernández de Moratín: Epigrama)

POEMAS ESTRÓFICOS

Soneto: versos generalmente endecasílabos. Son dos cuartetos y dos tercetos.
11A 11B 11B 11A /11A 11B 11B 11A / 11C 11D 11C / 11D 11C 11D

Estas que fueron pompa y alegría,
despertando al albor de la mañana,
a la tarde serán lástima vana,
durmiendo en brazos de la noche fría.

Este matiz que al cielo desafía,
iris listado de oro, nieve y grana,
será escarmiento de la vida humana:
¡tanto se aprende en término de un día!

A florecer las rosas madrugaron,
y para envejecerse florecieron;
cuna y sepulcro en un botón hallaron.

Tales los hombres sus fortunas vieron:
en un día nacieron y expiraron,
que, pasados los siglos, horas fueron.

(Pedro Calderón de la Barca: El príncipe constante)

Los tercetos pueden rimar de otra forma

Zéjel: En su forma más típica, consiste en un estribillo de dos versos, al que siguen otros tres monorrimos (mudanza) y un cuarto verso (vuelta) que rima con el estribillo, anunciando su repetición. La distribución de la rima es la siguiente: aa (estribillo), bbb (mudanza), a (vuelta). O sea, aa-bbba, aa-ccca, aa-ddda.

Lindos ojos habéis, señora,
de los que se usaban agora. (Estribillo de dos versos)
Vos tenéis los ojos bellos,
y tenéis lindos cabellos
que matáis con solo vellos (Mudanza de tres versos monorrimos)
a quien de vos se enamora. (Vuelta)
Lindos ojos habéis, señora,
de los que usaban agora. (Repetición del estribillo)

Villancico: Está compuesta de versos de arte menor, —octosílabos o hexasílabos generalmente— y consta de dos partes: el estribillo y el pie. El estribillo es una pequeña estrofa de dos, tres o cuatro versos, con o sin rima. El pie es un conjunto de dos o más estrofas; esas estrofas suelen estar dotadas de rima consonante y estar formadas de seis o siete versos, de los cuales, los últimos han de ser coincidentes con los versos del estribillo


Si no os hubiera mirado,
no penara,
pero tampoco os mirara.

Veros harto mal ha sido,
mas no veros peor fuera;
no quedara tan perdido,
pero mucho más perdiera.
¿Qué viera aquél que no os viera?
¿Cuál quedara,
señora, si no os mirara?

(Juan Boscán, Si no os hubiera mirado)


SERIES DE NÚMERO INDETERMINADO DE VERSOS:


Romance: versos octosílabos. Riman los pares en asonante, y quedan sueltos los
impares. 8- 8a 8- 8a 8- 8a ...

Romance heroico: como el romance, pero de versos endecasílabos.
Endecha: romance de versos heptasílabos.
Romancillo: romance de seis (o menos) sílabas.

Silva: serie indefinida de versos heptasílabos y endecasílabos, combinados a
gusto del poeta. Puede quedar alguno suelto, pero no deben rimar tres seguidos.

Pura, encendida rosa,
émula de la llama
que sale con el día,
¿cómo naces tan llena de alegría
si sabes que la edad que te da el cielo
es apenas un breve y veloz vuelo,

ni tu púrpura hermosaa detener un punto
la ejecución del hado presurosa?
El mismo cerco alado
que estoy viento rïente
ya temo amortiguado,
presto despojo de la llama ardiente.
...
(Francisco de Rioja: A la rosa)

NOTA.- Todas las estrofas citadas tienen rima consonante, excepto copla,
seguidilla y romances de cualquier tipo. El pareado, el terceto y la tercerilla
pueden tener rima consonante o asonante, pero es más frecuente la consonante

jueves, 27 de septiembre de 2012

El verdugo de A. Koestler

Cuenta la historia que había una vez un verdugo llamado Wang Lun, que vivía en el reino del segundo emperador de la dinastía Ming. Era famoso por su habilidad y rapidez al decapitar a sus víctimas, pero toda su vida había tenido una secreta aspiración jamás realizada todavía: cortar tan rápidamente el cuello de una persona que la cabeza quedara sobre el cuello, posada sobre él. Practicó y practicó y finalmente, en su año sesenta y seis, realizó su ambición.

Era un atareado día de ejecuciones y él despachaba cada hombre con graciosa velocidad; las cabezas rodaban en el polvo. Llegó el duodécimo hombre, empezó a subir el patíbulo y Wang Lun, con un golpe de su espada, lo decapitó con tal celeridad que la víctima continuó subiendo. Cuando llegó arriba, se dirigió airadamente al verdugo:

-¿Por qué prolongas mi agonía? -le preguntó-. ¡Habías sido tan misericordiosamente rápido con los otros!
Fue el gran momento de Wang Lun; había coronado el trabajo de toda su vida. En su rostro apareció una serena sonrisa; se volvió hacia su víctima y le dijo:

-Tenga la bondad de inclinar la cabeza, por favor.

FIN

martes, 25 de septiembre de 2012

Libros propuestos para gente de ciencia con intereses variados


Biología y naturaleza
DURRELL, Gerald, Mi familia y otros animales, Ed. Alianza

Clásico de la literatura sobre naturaleza en la que el especialista británico cuenta su infancia en la isla de Corfú y su despertar al estudio de los animales. Resulta interesante sobre todo por la curiosa variedad de ambientes y personajes. Durrell escribió decenas de obras siguiendo este estilo que mezcla la narración biográfica y la divulgación científica, cualquiera de ellas resulta interesante y divertida

Genética
DAWKINS, Richard, El gen egoísta, Salvat Editores

En esta obra el estudioso de la evolución Richard Dawkins lleva hasta sus últimas consecuencias las teorías evolucionistas ¿Qué papel juegan los seres vivos en el camino y desarrollo de las especies?¿Qué representa un individuo? El libro, a pesar de ser divulgativo tiene un claro carácter científico. Nada más alejado de la ficción.

Antropología
HARRIS, Marvin, Jefes, cabecillas, abusones, Ed. Alianza,

Este libro explora las diversas formas en que las sociedades humanas han gestionado el problema del liderazgo y el poder a lo largo de la historia y a lo ancho del mundo. Si alguna vez te has preguntado por qué los chicos se saludan como se saludan, este libro te puede divertir. Este autor tiene otros títulos alejados de la ficción pero muy interesantes como Bueno para comer donde cuenta las peculiaridades culturales de la dieta; lo bueno y lo malo para comer no lo es por sí mismo.

Política y cultura
BRADBURY, Ray, Fahrenheit 451, Debolsillo

El maestro de la ciencia ficción explora en esta novela los efectos de la desaparición de la escritura y la lectura en una sociedad del futuro, que algunos ya vemos en el presente.

ORWELL, George, Rebelión en la granja, Destino

Esta pequeña novela es quizá la mejor crítica que se ha escrito a los regímenes totalitarios. En forma de fábula, Orwell nos cuenta la revolución rusa y la esperanza que significó para todo un pueblo y el fin del sueño que representó el Stalinismo posterior

Cine
HOUSTON, John, Memorias, Espasa Calpe

Memorias de uno de los cineastas más brillantes y prolíficos del Hollywood clásico. En ellas se entremezclan las historias de rodajes míticos como el del El halcón maltés o El hombre que pudo reinar con su infancia enfermiza y sus mil aventuras de todo tipo.

MARX, Groucho, Groucho y yo, Ed. Tusquets

Segunda parte de la autobiografía del maestro del cine de humor de los años 20 y 30. En ella Groucho Marx cuenta su vivencia personal de la crisis económica de 1929 y de su época de máxima fama, los años 30.

Medicina:
SHELLEY, Mary, Frankenstein o el moderno Prometeo, Ed. Alianza

¿Qué pasa cuando la ciencia juega a ser Dios? Una posibilidad es la que imaginó la joven escritora irlandesa hace casi dos siglos.

ARIZA, Luis Miguel, Los hijos del cielo, Ed. Martínez Roca

Un gran logro de la medicina que solo se pudo conseguir con el sacrificio injusto de unos pocos. La dificil determinación del doctor Balmis para llevar la vacuna de la viruela a América y Asia.

Matemáticas
MARTINEZ, Guillermo, Los crímenes de Oxford, Ed. Destino

Matemáticas y asesinatos, una mezcla difícil de resistir, Supongo

Robótica
ASIMOV, Isaac, Los robots del amanecer, DeBolsillo
ASIMOV, Isaac, Yo, robot, Edhasa

lunes, 24 de septiembre de 2012

Lecturas obligatorias y algunas voluntarias para Bachillerato





  • MANRIQUE, Jorge, Coplas a la muerte de su padre
  • Anónimo, Lazarillo de Tormes, Col. Letras Hispánicas, Ed. Cátedra
  • CALDERÓN DE LA BARCA, Pedro, La vida es sueño,